De Augsburgo a Neuschwanstein: La Ruta Romántica

Llegarás a Augsburgo, una ciudad moldeada por las herencias romanas y la riqueza renacentista. Al explorar, llegarás a la Fuggerei, el complejo de viviendas sociales más antiguo del mundo, donde los residentes aún viven por menos de un euro al año. Siguiendo la Maximilianstrasse, pasarás por fuentes majestuosas que reflejan el poder de la familia Fugger antes de llegar al ayuntamiento gótico, hogar del dorado Salón Dorado. Una subida a la medieval Torre Perlach te recompensa con una vista panorámica del pasado histórico de la ciudad.

Dejando atrás Augsburgo, la ruta sigue el río Lech a través de prados exuberantes y bosques ribereños. Pasando por Kissing, un pueblo con raíces prehistóricas, llegarás a Steindorf, donde los campos ondulantes se extienden hacia el horizonte. En Grafrath, la iglesia de peregrinación de San Rasso refleja la profunda herencia espiritual de la región. Al acercarte a Wörthsee, el lago resplandeciente te invita a relajarte con sus aguas cristalinas, que una vez fueron un retiro para la nobleza bávara.

Deslizándote pasto Pilsensee y Ammersee, ciclarás a través de un paisaje de aguas tranquilas y colinas boscosas. Herrsching, hogar de la promenade junto al lago más larga de Baviera, ofrece un momento para disfrutar de las vistas antes de continuar hacia Weilheim, un encantador pueblo de mercado con fachadas decoradas con frescos. Más allá de Riegsee, los Alpes se elevan dramáticamente en la distancia, dándote la bienvenida a Murnau, un refugio para artistas donde Kandinsky y el movimiento Jinete Azul una vez encontraron inspiración.

Ciclismo más profundo en el corazón alpino de Baviera, pasarás por Bad Kohlgrub antes de llegar a Bannwaldsee, donde el Castillo de Neuschwanstein emerge como una visión de un cuento de hadas. Construido por Ludwig II como un tributo al romance medieval, sus torres y salones inspiraron a artistas e incluso a Walt Disney. Cerca, el Alpsee brilla bajo picos boscosos, añadiendo a la escenografía de ensueño. Al llegar a Füssen, la ciudad medieval te da la bienvenida con calles empedradas, edificios decorados con frescos y una rica herencia musical ligada a siglos de fabricación de violines.

Siguiendo el río Lech hacia el norte, pasarás por el Forggensee, el mayor embalse de Baviera, donde las reflexiones de los Alpes bailan en su superficie. En Lechbruck, una vez un centro de rafting de madera, las historias de atrevidas travesías fluviales aún perduran en el patrimonio de la ciudad. A medida que la ruta se desplaza hacia suaves colinas, llegarás a Schongau, una antigua ciudad fronteriza amurallada donde pasajes ocultos permitían a los defensores moverse sin ser vistos, y los lugares de ejecución cerca de las puertas de la ciudad son testigos de su estricta justicia medieval.

Siguiendo el río Lech, recorrerás las Steilhalden y Flussauen, una zona ecológica donde los acantilados empinados, los prados de llanura de inundación y los acantilados erosionados crean un rugoso corredor natural. El camino conduce a Landsberg am Lech, una vez una parada clave en la ruta comercial de la sal. Su Bayertor, la puerta de la ciudad más alta y preservada de Baviera, es una obra maestra gótica que una vez protegió el camino hacia Múnich. El centro de la ciudad, de colores pastel, está enmarcado por el Lechwehr, un embalse de río en cascada que ha moldeado el comercio y la vida aquí durante siglos.

El viaje sigue el río Lech pasando por la Burgruine Haltenberg, donde se encuentran las ruinas de un castillo medieval que dominan el valle. Montando a través del Lechauwald bei Unterbergen, un bosque ribereño protegido, disfrutarás del último tramo de naturaleza antes de llegar a Augsburgo.

A medida que tu viaje llega a su fin, la historia en capas de Augsburgo invita a una última exploración. El Museo Romano, ubicado en un antiguo monasterio, ofrece un vistazo a sus inicios como Augusta Vindelicorum, un importante puesto romano. Este legado de innovación continúa con el Sistema de Gestión del Agua, listado por la UNESCO, una hazaña de ingeniería medieval que todavía abastece a la ciudad hoy en día. Antes de partir, el Jardín Botánico proporciona un refugio pacífico, donde senderos serpenteantes y un tranquilo jardín japonés ofrecen un momento de calma para reflexionar sobre tu viaje.